Por Manuella Sampaio
Ante el peligro de muerte que corrió la hija de Luis Floriano y Aida Meneghel en el parto, el padre le hizo una promesa a Nossa Senhora das Graças: si salía todo bien, iba a bautizar a la niña en su honor. Así, en 1963 en Santa Rosa, el interior de Rio Grande del Sur, nació Maria da Graça Meneghel. Pero sería el apodo dado por su hermano Bladimir el que, un día, iba a conocer casi el mundo entero: Xuxa.
Estas cuatro letras marcaron a más de una generación y hoy ella, la chica que salió del interior de Brasil para convertirse en la Reina de los Bajitos; para crear y exportar a varios países un modelo de programa televisivo, vender millones de discos y finalmente convertirse en una de las personalidades más relevantes de la industria del entretenimiento en el mundo, cumple 60 años. Este es un repaso por su meteórica carrera.
Cuando Maria da Graça tenía siete años, su familia se mudó a Río de Janeiro y fue allá que, a los 16, empezó a modelar para varias marcas. El éxito fue tal que a los 18 Xuxa ya había salido en la portada de más de 80 revistas. En esta época empezó un noviazgo con el astro del fútbol Pelé , quien le llevaba 20 años de diferencia. A los 19 fue tapa de la revista Playboy y participó de la polémica película erótica Amor, extraño amor (1982), cuya comercialización se encuentra prohibida por un proceso judicial movido y ganado por la presentadora.
En 1983 fue invitada por la extinta Rede Manchete para presentar el Clube da Criança, programa que condujo por tres años, hasta que llamó la atención de TV Globo y allí estrenó Xou da Xuxa, en junio de 1986. El programa empezaba con una nave espacial que aterrizaba en el escenario lleno de niños, y de su interior emergía Xuxa, que comenzaba a entonar alguna de sus canciones de rima contagiosa. Esta escena está grabada en la memoria de miles de adultos que fueron “bajitos” en las décadas de 1980 y 1990.
La atracción se convirtió en la más exitosa de la televisión brasileña: tuvo 2.000 ediciones y se desarrolló de 1986 a 1992. Luego, Xuxa renovó su propuesta en otros programas y por casi tres décadas encantó a un sinfín de niños y adolescentes. Y esta palabra, encanto, es quizás una de las que mejor defina lo que produjo por dónde pasó.
En un Brasil continental y también profundo, con muchas regiones en que el único vínculo con cualquier tipo de entretenimiento era la televisión, Xuxa encantó e hizo magia al crear un mundo de fantasías a través de la pantalla. El único de colores, juegos y bailes al que muchos podían acceder.
“Como niño queer del interior de Ceará que siempre supo que quería ser artista, la tele era por donde yo veía el mundo, y entonces llegaba esta mujer en una nave. Era el RuPaul de mi época”, declaró emocionado el actor brasileño Silverio Pereira, en un reciente homenaje a la presentadora.
Xuxa representó mucho para muchos, y eso trascendió Brasil. En los 90 despuntó internacionalmente en la televisión y la música. Su programa fue exportado a Europa, donde alcanzó altos índices de audiencia en España, Andorra, Francia y Portugal. Grabó discos en español y, en 1991, debutó en la televisión argentina con El Show de Xuxa, transmitido por Telefé y por una temporada en Canal 13. El programa conquistó la grilla de 17 países, incluyendo el mercado hispano de Estados Unidos, y se hizo hasta un concurso internacional para elegir una nueva paquita, como se conocía a sus bailarinas y asistentes de palco.
En 1992, con 15 años, la uruguaya Natalia Oreiro fue la ganadora de la competencia Super Paquita. En 2019, ya consagrada como artista internacional, Oreiro contó que fue al casting para acompañar a una amiga, y que en aquel momento sentía que “no podía haber nadie con más luz y magnetismo que Xuxa”.
El encanto de Xuxa también envolvió a Uruguay, donde la versión argentina de su show se transmitió a través de Teledoce. La Reina de los bajitos visitó el país en dos oportunidades, en 1991 y 1995.
En ambas vino a participar de acciones solidarias y estuvo en suelo nacional por pocas horas. Ni eso ni la lluvia que cayó en una de sus visitas impidieron que una multitud de fanáticos la siguiera por todos lados, y hasta se registraron desmayos causados por la emoción.
En Brasil, después de Xou da Xuxa, vinieron Xuxa Park y Planeta Xuxa, ambos emitidos por TV Globo. Este último marcó el final de la sociedad con Marlene Mattos, quien había sido la directora de todos sus proyectos televisivos hasta aquel momento. Se alejaron en malos términos.
En 2005 se estrenó TV Xuxa, programa que duró hasta 2014, cuando la presentadora se despidió de la emisora donde trabajó por 28 años. Al año siguiente firmó contrato con TV Record y su llegada fue tratada con pompa: se considera uno de los grandes fichajes de la historia de la emisora.
Allí empezó una atracción homónima, inspirada en el programa estadounidense de entrevistas de Ellen DeGeneres; terminó en 2016 con 67 episodios emitidos.
Luego, presentó un par de reality shows como Dancing Brasil y The Four Brasil, y en 2020 decidió no renovar su contrato con TV Record.
Hoy es empresaria a tiempo completo y una de sus marcas —de depilación láser— llegó en 2021 a Uruguay.
En 2020, en su autobiografía Memorias, reveló las luces y sombras de su vida. En uno de los capítulos de las 272 páginas, contó sobre los abusos que sufrió desde los cuatro hasta los 13 años, un tema que había hecho público por primera vez un año antes, cuando dijo que si hoy presta su voz para los que no tienen fuerzas para denunciar, es porque no lo pudo hacer por ella misma en su momento. Y que, cerca de los niños, se siente segura.
En estos días Xuxa conmemora sus 60 años a bordo de un crucero con su hija Sasha, su compañero Junno Andrade, e invitados ilustres que la homenajean y, caracterizados como paquitas, recrean aquel mundo de fantasías que la reina de los bajitos supo inventar. Aquel mundo que fue, para muchos, también un lugar seguro.